Esa tarde, aunque no estaba nublada, extrañamente salí armada con un arsenal de equipos contra el agua, suéter con capucha botas y paraguas, ese día cumplí con todas mis ocupaciones y de regreso, al salir de la estación de metro, me encontré una lluvia incesante con leves ventiscas, yo muy contenta por lo extrañamente precavida que había sido me dispuse a abrir mi paraguas halando hacia arriba del mango salió disparado ese trozo de tela, impermeabilizada de rayas rojas con azules, que me iba a salvar de perder mi alisado de peluquería, camino hasta el semáforo y antes de cruzar la avenida me encontré con una señora muy humilde que se estaba mojando, al ver su situación le ofrecí un lado en mi paraguas de rayas azules con rojas.
Mientras esperábamos la luz me percaté que su estado de pobreza era evidente, le faltaban un par de dientes y despedía un leve olor a orine. La Señora me preguntó:
- ¿Tienes hijos?
A lo que respondí:
- No, aun no tengo hijos.
- Eso es porque en algún lado tienes a una doble que tiene muchos hijos, ni te esfuerces que no los vas a tener, así como yo tampoco nunca voy a tener dinero.
Al percatarme de su falta de cordura sonreí un poco tensa, para seguirle la corriente.
Ella continúo exponiendo su tesis:
- Yo si tengo seis hijos, no le dejé a mi doble ni uno, pero eso sí, esa condenada se llevó todito el dinero.
- ¡Sí, que buena broma con esos dobles que no dejan para nadie! (esta vez reí con más soltura)
La dejé bajo un toldo y continué mi camino a casa pensando en mi extraña experiencia y en los obstáculos que uno se puede colocar para evitar ser feliz y no cumplir con sus sueños. La resignación y una excusa son el contrato firmado de lo imposible ¿Será posible que yo tenga puntos tan ciegos y tan errados como los de esa señora? ¿Y si fue colocada en mi camino sólo para que me diera cuenta de que toda mi vida he estado equivocada en mis teorías? ¿O para que entienda que cualquier creencia, por más irracional que parezca, puede ser válida?
Que absurdo cambiar todo mi sistema de creencias sólo por una señora poco cuerda que se atravesó en mi camino ¿Tan débiles son como para que se tambaleen por semejante tontería? ¿Y de que me sirve tener creencias sólidas si son erradas? Sería un gran problema desligarme de ellas.
Llegué a casa cerré el paraguas lo lance al piso con evidente mal humor, me deshice de mis botas mojadas y pronto olvidé la razón de mi crisis existencial.
Al día siguiente me asome por la ventana, el cielo estaba completamente nublado, me vestí con camiseta, tomé mis lentes para el Sol y me dispuse a salir. Quizás mi doble sea el que se moje hoy.